La casa vacía.
La
copa está vacía,
la mesa ya no luce elegante
ni la
botella se viste
de fiesta
pues las velas están apagadas.
El pasillo sigue frió
pero lleno de tristeza
que no encuentra ya consuelo
en una
cama llena de soledad
o en una habitación
muerta de recuerdos.
La ducha moja sin sentido
pues no logra distinguir
entre el agua fría o caliente
que le exigías sin cesar.
Tus
recuerdos me despiertan la
tristeza
y son lo único que encuentro
en esta casa llena de
soledad,
aunque sé que
habitas en mi pecho,
no evito la melancolía
de añorar tu presencia
y me consuela la esperanza
de
volverte a encontrar.
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