lunes, 16 de febrero de 2015

La casa vacía.


La casa   vacía.

La  copa  está  vacía,
la mesa  ya no luce elegante
ni la  botella  se  viste  de  fiesta
pues las  velas están apagadas.

El pasillo sigue  frió 
pero lleno de  tristeza
que no encuentra ya consuelo
en una  cama llena de  soledad
o en una habitación
 muerta de  recuerdos.

La ducha moja  sin sentido
pues no logra  distinguir
entre el agua fría o caliente
que le exigías  sin cesar.

Tus  recuerdos me despiertan la  tristeza
y son lo único que encuentro
en esta casa  llena de  soledad,
aunque sé  que  habitas en mi pecho,
no evito la  melancolía
de añorar  tu presencia
y me consuela la  esperanza 
de  volverte  a  encontrar.


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