lunes, 28 de julio de 2014

Se marchó

Se marchó

Llegó un día
con el  propósito de garbear juntos.
  Yo no estaba,
cuando llegué
   ya se había  marchado;
y así fue  que sucedió todo.

Sencillamente no coincidimos
 en un vértice  del tiempo
para  emprender  esta marcha juntos
que hoy caminamos  separados.   

Disyuntiva

Disyuntiva

Quiero  tu  silencio
aunque necesito tus  palabras,
busco tu presencia
pero  añoro  tu  distancia,
saber  que  no  te has marchado,
saber que necesitas hablarme
saber que  rondo  en tus  pensamientos
tan  vivo, tan vivo como  en el pasado,
saber quiero,
  que en tu corazón
aún tengo una morada.

Anhelo mirar  tus ojos llenos  de silencio
contemplar  tus  labios  mudos
perderme  en tu  rostro desértico
lleno de distancia.

Cerrar mis ojos quiero
y escuchar  en el silencio
el  sonido de  tu respiración,
sentir  el olor  de  tu cuerpo,
y el calor de  tu presencia,
que me digas sin pronunciar una palabra
 que aunque me parezca estar  solo
no me toca  la soledad
porque ahí  callada

 me  acompaña  tu presencia.   

jueves, 27 de febrero de 2014

Tu partida.

Tu partida.

En el fondo sabía que  te  marcharías,
sentía  tus pasos de distancia,
aun  cuando parecías  estar junto a mí.

Sintiendo cómo te  marchabas
con paso lento y sin poder detenerte,
en momentos hacia simulacros
te  tu parida,
me  sentaba en el mismo lugar
donde  solías sentarte junto a mi
 miraba  tu  silla  vacía,
 le habla a tu ausencia
y  con mi rostro triste y enamorado,

levantaba mi mano para decirte adiós.

Cofre.

Cofre.

Tengo en  un cofre  guardados  todos tus besos,
tus palabras  y tus  abrazos.

Bajo llave he  guardado
esos momentos  inolvidables
 bajo la luz  de una  luna  llena
y el  calor  de un fuego ardiente;
he  guardado en mi cofre,
esos  besos  embriagados
con sabor  a vino,
y  esos abrazos
profundos como el mar,
esas mañanas recién nacidas  a tu  lado
y esas noches muertas entre  tus  brazos.


martes, 11 de febrero de 2014

Hay poemas en mi libro.

Hay poemas en mi libro.
Hay poemas en mi libro con el alma muerta,
mausoleos de recuerdos  blanqueados,
 piezas literarias de una  antología del pasado.
Hay  poemas llenos  de  vida espiritual
que nacen de lo  divino,
emanan  de lo  alto como una  epifanía
y a lo alto  retornan como una  oración,
y no  sin antes empapar lo humano  de lo trascendente,
como  empapa la  lluvia a la  tierra antes de regresar.  
Hay poemas  con el alma enamorada,
con el corazón latiendo y la sangre hirviendo,
poemas llenos  de  pasión,
 poemas llenos de amor;
poemas que nacen de un  alma  gemela,
poemas que le  dan vida  a la palabra,
y brillo al  corazón.
Hay poemas tristes,
 escritos sobre  papel  rasgado;
hay poemas de ilusión,
escritos  bajo el sol brillante;
hay poemas de confusión,
escritos en una  noche de nubes oscuras
al lado de una lámpara sin aceite.
Hay poemas  alegres,
 que nacen en una  maña animada por  el canto de los pájaros,
o en un jardín de  flores coloridas.
Hay poemas  de silencio,
con palabras mudas y letras borrosas,
tenues como un pábilo vacilante,
fríos como una mañana de invierno
y a formes e inútiles como un   adoquín  sin terminar,
insípidos como la sal  sosa,
sencillamente poemas que nacen sin querer
y que divagan sobre el papel,
 como divaga por la vida el hombre sin destino,
o la ola por el mar.
Hay poemas de soledad,
escritos en momentos de distancia y ausencia:
Distantes como  una  isla perdida,
ausentes como  el que se ha marchado.
Hay poemas en mi libro con tiempos, sentimientos y colores,
porque  el poema  es una reverberación  del alma y de  la  vida.



viernes, 7 de febrero de 2014

Así es la vida.

Así  es la  vida.

A veces  es  de noche, a veces  es  de  día  y   así es la  vida,  en  ocasiones es tan  clara, iluminada por  el irradiante sol   o   por  la  clara luna, y en momentos   es  tan  obscura que hasta nos  vislumbra,  la  luz  que  nos     hace  ver la  existencia  con duda.

Anoche  solo  había  alegría, besos,  promesas  y  armonía, hoy  rostros  tristes,  alma herida, actitudes  y  palabras  que  suscitan  melancolía    y  agonía, En fin  así es la  v ida.
A veces  es  de noche, a veces  es  de  día  y   así es la  vida,  en  ocasiones es tan  triste y  tan dura   que solo  tu presencia,  una   palabra o  una  sonrisa  tuya pueden acabar la penuria.
A veces  es  de noche, a veces  es  de  día   y  en fin  así es la  vida.

No te vayas.

No te vayas.

Estás ahí tan cerca  y tan distante,
cerca en mi pasado, distante en mi futuro,
cerca en el amor, distante en el miedo.

No te vayas, no me dejes, no me  salves,
no me juzgues, no me condenes,
ámame y perdóname.

No te busco  estoy a tu lado
pues nunca te he dejado,
en el frío junto a ti he temblado
hasta encontrar el calor,
en la tristeza junto a ti he llorado,
hasta secar la lagrima
en la alegría mi sonrisa contigo he compartido
y  la  tuya y la mía en una se han fundido.

No te vayas, no me dejes, no me salves,
no me guardes en el  recuerdo de tus  dolores,
no me juzgues, no me condenes,
mírame con amor y me encontrarás en lo profundo de tu alma
donde al llegar para siempre me he quedado.





Es la poesía mi voz.

Es la poesía mi voz.

Es la poesía mi  voz,
el lápiz  y el papel mis  amigos;
los versos  una  lagrima, una  sonrisa;
la palabra un rostro al descubierto,
la inspiración un corazón latiendo, 
las musas  del  pensamientos.

En la voz  de los  versos
habla  el sentimiento,
se  calla  la razón,
 y diserta el corazón.


miércoles, 5 de febrero de 2014

Dilema.

Dilema.

Estás  a  la  puerta 
y no sé  si debas  entrar,
Sé  que  quiero que  entres 
y  no sé  si  quieras  entrar.

Es  tu presencia una  sombra,
y no sé  si es  realidad,
quiero  que  sea real,
 quiero  que  sea  verdad,
es  tan  confusa  esa  sombra que 
a veces  parece  que fuera verdad.

Sé  que  tus  ojos  me  miran,
y no  sé  si me miran a mí,
no niego  que muero
porque algún día  me  puedas  mirar.

Tus  palabras  me hablan,
y no sé  si me  hablen a  mí,
pero mis oídos ansían, 
que  me  hablen  de  ti.

Tus  manos  me  rosan,
y  a veces  las  siento  esquivar,
cuando las  siento tan  cerca
es  como  si  me  quisieran tocar. 

Fluir y libertad.

Fluir  y libertad.

Deja  que el río  fluya,
no trates inútilmente  de detener  su cauce;
descubre el propio cause de  tu interior.

Deja  que los pájaros emprendan  su vuelo,
por  algo Dios les  dio sus alas;
deja que el otoño y el invierno  generen  su efecto,
luego vendrá la primavera;
deja que lo pequeño crezca,
y lo joven se envejezca,
todo lo que  comienza tiene que  acabar.

Deja que  se  vayan  los  que se necesitan marchar
y vuelvan los  que decidieron regresar.


Deja que el reloj marque  su hora,
no te quedes mirando  atrás,
al terminar  su siclo volverá al mismo lugar,
aunque ya otro tiempo será;
entiende que avanzar  se logra  hacia  adelante
y no caminar es  atrasar.

Luego entonces comprenderás  que todo  fluye, cambia y  se  trasforma;
que nada te pertenece y  eterno es solo Dios,
que  seguro solo tenemos la muerte y
para los  que tienen fe, la  eternidad.

En tomar conciencia de   esto
está  la  clave  de  amar  con  libertad,
llevar una vida  sin apegos
y experimentar  felicidad.




Hay momentos.

Hay momentos .

Hay momentos  que nos  sentimos  tan ausentes
que parece  que nos tomáramos un trago de muerte
o nos  bebiéramos  una cucharada de indiferencia,
nos  sentimos  tan impertérritos ante  la vida  
 con la indiferencia que la roca  destroza la  ola
o la luna mira al ingenuo perro que le  ladra.

Hay momentos  que nos  sentimos  tan ausentes
que parece  que el  viento se nos llevara las  palabras
y la obscuridad nos  cerrara  los  ojos,
tan lívidos ante la  vida,
que ni siquiera le vemos sus  grises.

Hay momentos  que nos  sentimos  tan ausentes
que solo nos provoca hacer  silencio,
taparnos los  oídos,
borrar lo  escrito,
partir la punta  la  lápiz
cerrar los  ojos como los cierra el niño  que  se  duerme,
y  perdernos en el olvido.


martes, 28 de enero de 2014

Casualidad de mi.

Casualidad de mí.

Te has  preguntado,
al contemplar un eclipse
¿Qué  es lo que realmente admiras?

Será:
¿El fenómeno natural en si,
la luna  alineada  con el sol?
La obscuridad,
 la  claridad 
o más bien admiras:
La  casualidad,
la novedad
lo poco convencional  de un día en oscuridad
y una noche en claridad,
el tiempo que  tuviste  que esperar
para que pudiera acontecer
o la incertidumbre de  no saber
 cuándo lo volverás  a ver
Ahora entiendes
 ¿Por qué poco me  ves? 


Encuesta.

 Encuesta.

Me encuestas con tu  diccionario de preguntas
paseándome en un  tren de interrogantes
que me  desplaza por mi historia
como si  ayer, hoy  y mañana  fueran
una  sola pagina
en este libro de  sucesos.

Me  lanzas a ese  río de interrogantes
como  queriendo levantar  la  sabana que me arropa,
desgarrar cada  parte  que me viste
y desnudarme  todo.

Cada pregunta
es parte de una sucesión de preguntas
que  examinan cada  instante de mi  historia,
como si quisieras verme sin confusiones,
mirarme sin tus lentes,
salir  corriendo llena  de espanto y  asombro,
pararte en una esquina,
sentarte en una  banca,
encuestarte en tu diccionario de preguntas,
sumergirte en tu río de interrogantes,
desvestirte toda,
mirarte sin tus lentes
y  en medio de tu espanto
responderte:
¿Qué tiene su espanto,
qué tiene su asombro,
que deseo regresar?



Te hablo.

Te hablo.

Te hablo sin palabras,
sin mascaras y sin miedos,
te hablo con pocas palabras,
no has  salido de mi mente,
porque sigues viva en mi corazón,
sé que te perdí,
pero eso no me es suficiente para dejar
de sentir lo que siento y sacarte  de mi mente.


No es, es.

No es, es.

No es  tu silencio,
son tus palabras,
tampoco   tu indiferencia
sino tu mirada,
mucho menos tu desamor,
sino  tu particular  manera  de amar.

No es  el presente,
sino el incierto mañana,
cunando no  tenga tus palabras,
cuando me  falte tu mirada,
cuando  busque
y no encuentre esa manera

 única  de amarme.

Celebra.

Celebra.

Camina lento con tus pies  errantes,
siempre llenos de fuerza por alcanzar  tus sueños,
mantén tu mirada fija hacia  adelante,
con tus ojos claros que iluminen esperanza.

Espero  que en este día,
 tengas entre  tus manos,
una  caja de gratitudes, alegrías y bondades,
quizás  con el corazón inundado de lágrimas,
más no de  tristeza ni de pesares.

Celebra  alegre con quienes te  acompañan,
con esos que  contigo han llorado,
con esos que un día  te  dieron la mano,
con esos que llevas en  tu memoria
y que sabes que en la distancia de un más  allá,
contigo caminan y siguen celebrando.  

Celebra  que  hoy es la vida,
celebra que hoy es  alegría
celebra que hoy es tu día,
celebra:
 que si  tú celebras

nosotros contigo  celebramos.

Indiferencia de ti.

Indiferencia de ti.

En esta noche de ciegas miradas y sordas palabras,
invadida por cadáveres de recuerdos
que acompañan  mi  soledad,
veo  aventurar tu presencia
sobre  espesas  nubes de melancolía.

Son mis  palabras,
 débiles relámpagos que se desvanecen,
ante  el sordo y obscuro  firmamento
de  tu indiferencia.

Aunque  fuiste la  tentación de mi  pasado,
no llegué a ser  más que la aventura de  tu futuro,
un  pobre  actor,
en   tu obra  de teatro.

Has sido  tú,
 la única rosa de mi jardín,
la que riego día  y noche
con lágrimas y sonrisas,
mientras  yo  solo soy,
 fría y seca  flor de plástico
que mendiga el riego  de tus miradas,
y el calor  de tu sonrisa.


Cuánto admiro a una mujer.

Cuánto admiro a una mujer. 

Amigo quiero confesarle cuánto admiro a una mujer
Ay…
 ¡Ay amigo!
No sabes usted cuánto admiro a una mujer.

Por  ejemplo esa de pantalones largos, estrechos y apretados;
 cual punta de  lápiz  se atreve a  dibuja su silueta
 de curvas inocentes y llanos peligrosos.

Y qué decir de aquella,
 de pantalones  cortos, de rubia cabellera y largos ideales,
con sus largas y torneadas  piernas al descubierto
como caminante errante
 revela caminos mal trochados. 

Pero también admiro la de largos vestidos
Que revela elegancia cubriendo junto al  tobillo:
mentiras, temores e ideales atrevidos.

Y no menos admiro la del vestido corto y largas cabelleras;
 Atrevida y pronunciada,
Que distrayendo un poco se anticipa
a disimular la ausencia de lo que tiene poco.

¡Ay amigo!
Ay amigo…
No sabe usted cuánto admiro a una mujer.

Por ejemplo juzgue usted aquella tan discreta
revestida de lencería
que tan recatada escode un poco el misterio
y deja el resto a  la imaginería.

Y no menos  digna  de admiración
es aquella de   cansada frente,
toscas manos
  y alegre  corazón,
que  amantando  con su pecho
carga  con orgullo entre sus brazos
el fracaso de un amor.

En edades no tengo distinción,
Pues lo que quita la hermosa juventud
lo remplaza la seducción
que en  edad y  experiencia tiene graduación. 

Por los parques las veo pasar,
las veo salir,
las veo entrar
y cada una llevando junto a ella,
en sus elegantes  bolsos
 los libros donde escriben sus propias historias.

Ahí van por las ramblas de esa ciudad
escondidas entre la multitud,
con sus ojos grandes y profundos,
 inundados de lágrimas
que brotan de  tristes alegrías.

Unas  entran al templo con su largo vestido
a jurarse  amor,
otras salen del juzgado
después  de la  repartición.

Unas van por la plaza
 disimulando ese dedo rodeado de  melancolía,
que un día dijo: hasta que la muerte los separe;
mientras otras entran al frio bar a tomar el caliente café.

Por hoteles y pasarelas,
 aeropuertos y  bibliotecas,
por conventos  y oficinas,
 hospitales y gimnasios,
por  mañanas irradiantes
Y  hasta de noche en mis almohadas
 me suelen abordar
con sus centímetros de menos,
con sus centímetros de más,
con su sien contraído
con su sien expandido
con su alma encogida  
con  su alma ensanchada
y en día de suerte complementada.

  No hay espacio del que me pueda liberar
y un suspiro profundo me vuelve a dominar,
Ufff…amigo
 ¿No sabe usted:
Cuánto admiro a una mujer?

Sentado en la estación espero el tren de mi escapatoria
y cuando montado en el viaje creía haberme liberado.
Una mirada tierna,
una sonrisa afable,
una oración,
el susurro de una canción
un poema bien leído,
Una fragancia a Jazmín 
me invaden de improvisto.

Amigo juzgue usted ahora,
Después de haberle confesado todo.
Sabe usted amigo:
¿Cuánto admiro a  una mujer?


Tu recuerdo de mañana.

Tu recuerdo  de mañana.

Cada mañana al despertarme
suelo sentarme en la silla  de mis  pensamientos
mientras mi alma,
se mece en  la sombra de tus  recuerdos.

Descuelgo mi  mirada por la ventana,
mientras pasan  nubes obscuras cargadas de silencio,
peregrinas como niños que desfilan a  la  escuela,
o abuelas que pasan a  comprar  el mercadillo.

La brisa tempestuosa de la montaña,
desgarra de los  arboles sus hojas,
y encorva de sus ramas los  follajes,
como encorva las lucha  de la  vida,
la espalda  del errante.

El tiempo, el tiempo es la  esperanza,
cada día es la  página  de  un libro,
que se lee como una historia
y se escribe mientras se nos acaba la  vida,
pero  antes  que se acabe,

te pido que  escribas  esta página conmigo.

En lo cotidiano.

En lo cotidiano.

He  aprendido a  amarte en la naturaleza  de tu ser,
en las  sencillez de la cosas  cotidianas de la vida
donde  sencillamente  descubro  tu presencia.

Por  ejemplo:
En la mirada  silenciosa de  tus ojos,
 que cerrados a la  luz  del día,
divagan por  caminos del destino,
 construyendo sueños anhelados.

Te amo  en la  quietud  de  tus  labios
que me hablan con tu presencia
sin necesidad de pronunciar  palabras.

Te amo  en el beso que no me  has  dado,
en la  caricia que me   guardas entre  tus  brazos, 
como en el saludo  rutinario de un de un encuentro,

o un adiós y  chao.