Hay momentos .
Hay momentos que nos
sentimos tan ausentes
que parece que nos tomáramos un trago de muerte
o nos
bebiéramos una cucharada de
indiferencia,
nos sentimos tan impertérritos ante la vida
con la indiferencia que la roca destroza la
ola
o la luna mira al ingenuo perro que
le ladra.
Hay momentos que nos
sentimos tan ausentes
que parece que el
viento se nos llevara las
palabras
y la obscuridad nos cerrara
los ojos,
tan lívidos ante la vida,
que ni siquiera le vemos sus grises.
Hay momentos que nos
sentimos tan ausentes
que solo nos provoca hacer silencio,
taparnos los oídos,
borrar lo escrito,
partir la punta la lápiz
cerrar los ojos como los cierra el niño que
se duerme,
y perdernos en el olvido.
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