martes, 28 de enero de 2014

En lo cotidiano.

En lo cotidiano.

He  aprendido a  amarte en la naturaleza  de tu ser,
en las  sencillez de la cosas  cotidianas de la vida
donde  sencillamente  descubro  tu presencia.

Por  ejemplo:
En la mirada  silenciosa de  tus ojos,
 que cerrados a la  luz  del día,
divagan por  caminos del destino,
 construyendo sueños anhelados.

Te amo  en la  quietud  de  tus  labios
que me hablan con tu presencia
sin necesidad de pronunciar  palabras.

Te amo  en el beso que no me  has  dado,
en la  caricia que me   guardas entre  tus  brazos, 
como en el saludo  rutinario de un de un encuentro,

o un adiós y  chao. 

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