miércoles, 22 de enero de 2014

Mi casa tomada.

Mi casa tomada.

Y dime:
¿Con que  autoridad  te atreves  a pasearte
de un lado para  otro
  por el pasillo  de mis pensamientos?
Y como si te  fuera poco,
 entras  y sales 
por la puerta  de mi memoria,
te quedas en  la  sala  de mi corazón
y  te  bamboleas en la  mecedora  de mis  sentimientos,
mientras  tranquilamente  te sirves
 una  copa de mi melancolía,
tomándote cada botella
de mis  recuerdos.

En verdad,
te pregunto tontamente
 por  si me  quieres  responder,
pues nunca  he  olvidado
que  un día te  di  las  llaves
de  esta  casa.


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